Mittwoch, 18. März 2009

No se merece un título

Sin animosidad de decir nada,
porque no hay nada que decir,
la vida se derrite y cae en pedazos como la carne podrida de un leproso,
la analogía no es real,
ni tan cruenta ni tan asquerosa,
ni siquiera maliciosa,
pero el pensarlo hace pensar en lo mal que debe estar un ser para pensar en tan perniciosa comparación,
la vida no se mide en lo que dices o haces,
se mide en lo que haces para impactar a los demás,
en el superficialismo,
dado que al morir, en la tierra solo quedas en los demás,
nunca queda de ti nada,
se va la vitalidad,
solo quedas plasmado en lienzos que caminan, duermen, comen y respiran,
en bultos que de cuando en cuando llorarán por ti,
en seres que si no son lo suficientemente flojos o egoistas,
o que no les hayas dado razón para odiarte,
te llevaran una flor el 2 de noviembre, el 28 de abril o el día en se celebre el honomástico de tu muerte,
así que deja de vivir para ti, vive para los demás,
que si sigues encerrado en tu mundo desprovisto de realidad,
la muerte tuya, será eterna.