Donnerstag, 26. Juni 2008

Tierra

La tierra se abre ante mis pies, me quiere tragar y salto, pero no para evitarla, sino que salto a sus brazos, si me piensa tragar, que lo haga de una maldita vez.

Dienstag, 24. Juni 2008

La espera


¿Por qué motivo vale la pena esperar?


¿Realmente algo es lo suficientemente importante como para comer parte de nuestra vida?


No esperamos algo o a alguién sólo en el momento en que nos sentamos a dejar que el tiempo corra hasta que suceda, lo esperamos desde que nos disponemos a que en un momento nos encontraremos con ese suceso o persona, entonces es inevitable la espera.


¿Qué sería de nuestra vida si no existiera la espera? Si los acontecimientos y encuentros se dieran por generación espontánea, no existiría la incertidumbre, pues nunca tendríamos expectativas o dudas sobre lo que vendrá, no sentiriamos miedo, y quizá lo mejor, no existiría el futuro, todo lo que es es hoy, irrepetible, jamás sucedido, se disfrutaría el momento, se exprimiría.


Pero existe la espera... esperemos que un día desaparezca.

Dienstag, 17. Juni 2008

Aire

Soplan los fuertes vientos del norte, se enfrentan con los graves vientos del sur y los majestuosos vientos del este protestan mientras los incomprensibles vientos del oeste solo miran y esperan.

La fuerza devastadora del viento forma torbellinos y tornados, huracanes y tormentas, y vuelven locas las veletas que no se toman ya la molestia de señalar hacia ningún punto cardinal, mejor prefieren señalar hacia el cielo o el infierno, cualquier lugar es mejor que el que le han asignado a su forma, todo es mejor si no es lo que debe de ser.

Las plantas rodadoras han abandonado el desierto, ahora vienen a la ciudad, atraídas por quien más sino por el aire, que las maneja a su antojo, que no les permite quejarse ni pensar en su destino.

El demonio alado, gigantesco ser de la oscuridad, se para en lo más alto de la colina y se avienta, sólo para desintegrarse y fundirse en el viento mientras que un viejo ciego canta con su guitarra en el tejabán de su casa: "No salgan hoy hijos mios, no salgan hoy, el diablo está en el viento"

Montag, 16. Juni 2008

Lluvia ácida

¿Quién se ha perdido?, ¿Acaso las nubes lo trajeron nuevamente?. Maldita lluvia ácida, sí, es culpa de la lluvia ácida, de no ser por ella llegaría la felicidad de facto, las lluvias verdaderas, y no aquellas primeras que se tienen que llevar la suciedad, la lluvia no tiene que lavar, no tiene que sanar, su función es enjugar mis emociones, empapar los sentimientos, renovarnos cada temporal. ¿Por que existe la lluvia ácida? ¿por qué aún en la majestuosidad de las tormentas tiene que haber algo que nos recuerde nuestra suciedad? ¿no puede sólo venir la lluvia y ya?

...afortunadamente tenemos las siguientes lluvias para enjugar estos sentimiento

Sonntag, 15. Juni 2008

Suerte

Si te congelas mañana
Ojala tengas suerte, y vuelvas
Porque no me importas tanto
Y tampoco te odio tanto

Como para intentar despertarte
Así que si te congelas mañana
Ojalá tengas suerte, y vuelvas
Nosotros vimos cómo se cerraban tus ojos
Sí, nosotros vimos cómo se cerraban tus ojos

Donnerstag, 12. Juni 2008

Agua

El cielo se está cayendo a pedazos, esta lluvia no hace bien, está lluvia está destruyendo a la ciudad, se acerca un nuevo diluvio y no hay arca capaz de cargar con los seres de este mundo, lleno de inmundicia y de pecados.

El agua podrá lavar el mundo, pero se llevará con eso las cosas buenas y las malas, estoy seguro que no parará por un minuto a hacer esta pequeña distinción, el agua es agua y en su naturaleza la conciencia no tiene un lugar.

Un hombre con una guitarra se para en una esquina, le canta a la lluvia, le canta a su muerte, le canta a la vida, te canta a ti, me está cantado a mi y le canta a mi abuela, como le canta a los leprosos y a los sidosos, a los que tienen el cáncer como enfermedad y a los que la sociedad los ha convertido en su propio cáncer, canta como si fuera la primera vez, canta como si fuera la última, canta porque si, porque no hay razón de morir en la lluvia, pero porque eso será lo único que valdrá la pena en su vida.

Veo nuevamente por la ventana y me pongo un salvavidas, se nadar pero no se cuanto tiempo estaré en el altamar que se creará en mi propia ciudad, el agua la ha cubierto toda, le ha dado un nuevo sentido a mi idea de que este mundo necesitaba una limpia.

Freitag, 6. Juni 2008

Fuego

La ciudad está en llamas, el humo se ve en el techo de cada casa, las bombas que han caído del cielo como en una profecía han hecho impacto y los incendios no se han hecho esperar. Las doncellas saltan de las torres sin esperar a sus príncipes porque odian que la lenguas de fuego laman su piel y consuman su aire.

Los pirómanos han salido a la calle, la locura de los incendios les llevan a la excitación total, todo un sueño, su hábitat natural.

La lluvia se niega a caer, a esta ciudad le faltaba una purificación, ríos de lava, lluvia de fuego, calor, humo, cenizas por doquier, todo calculado, a la medida, en dosis perfectas a quien tanto se lo ha merecido.

En medio de la hecatombe, el llanto de un niño en medio de la ciudad despierta dolor en todo el que lo oye, un grito desgarrador que destroza los tímpanos, las personas se detienen en su desesperación por la implacable necesidad de detener ese llanto tan conmovedor, el aire se detiene y el tiempo también, una madre amorosa se abre paso entre la gente y el llanto de su hijo se torna en una dulce sonrisa, después una columna de fuego los consume.

¿Qué les espera a ustedes hombres del mal, si la dulzura se ve desterrada del mundo y destruida con tanta crueldad? ¿El ser humano ha hecho sufrir a este mundo, un día el mundo se encargará de hacer sufrir al ser humano?
El mundo se va a acabar...
The end is near...
This is the end my only friend the end...
I want this to be the end...
It's the end of the world as we know it...
It's just the end of the end of the world...

Mittwoch, 4. Juni 2008

Túnel

¿Cómo es un trance?

Cuando uno siente dolor (físico, no del de mariquitas), siente la parte de su cuerpo amplificada, quemándole. La existencia se reduce y se localiza, se hace más pequeña y más densa, menos difícil de explorar, más fácil de sondear y desnuda su naturaleza. Un tormento físico nos hace sentirnos con visión de tunel - los ojos se vuelven microscopio, los nervios se exaltan y terminamos fundiéndonos con nosotros mismos. Cuesta trabajo pensar, y podemos deshacernos de ese atavismo por algunos momentos, pensando "dolor, dolor, dolor..." hasta que la palabra se gasta, se hace polvo y ya no tiene significado. Se desmoronan los significados. Vivimos. Sobrevivimos y dejamos de esparcir miseria metafísica alrededor de nosotros, para experimentar el terror de tantos - un encuentro consigo mismo. Dependiendo de lo febril de la dolencia, se lanzan promesas al aire «¿Si soy bueno, podré deshacerme de este dolor?» y se escupen reclamos. «¿Qué hice?». Le pedimos justificación al universo «Esto no debería de ser así» y nos interrogamos estúpidamente «¿Tendrá alguna razón de ser este dolor?». No habrá ningún resultado, nada reivindicará nuestro sufrimiento y la única promesa que podemos hacernos es que, si no sucumbimos, podremos continuar fuera del trance. Es probable que no haya habido nadie que no desee salir del dolor, de ese dolor, del físico, del que desintegra materialmente, aquél que funde su existencia con la nuestra y que se sirve de nosotros para seguir en este mundo. Nadie jamás habrá pedido que dicha tragedia privada persista, porque, como un animal herido, el hombre de este mundo solo sabe gritar cuando siente dolor, sabe quejarse, sabe hacérselo saber a los demás. Lo que no sabe es sentir lo que siente, sentir al dolor que existe en tanto nosotros, que se desvanece cuando nos abandona y que caprichosamente se servirá de nosotros en alguna otra ocasión para reducirnos a un venado herido por una flecha, en medio del bosque de nuestra desdicha. Lo que no se sabe es pedirle al dolor que nos desgrane poco a poco mientras se va, para que podamos desaparecer con él, e irnos al reino en donde van a parar las promesas, quejas, justificaciones e interrogaciones sin sentido que hemos balbuceado en nuestro estertor.