Sonntag, 28. Juni 2009

El santo de la Luna

Ni San Andrés, ni Santa Lucía,
ni San José, ni Santa María,
ni el santo de la Luna me puede ayudar,
ni con todos sus milagros podrá mi alma salvar.
Le rezó noche y día,
le ruego con toda mi melancolía,
le pido mis necesidades y otras cosas no tan necesarias,
no me cumple nada, por las razones más arbitrarias.
Le cuentos mis secretos que no le digo ni a Dios ni al Diablo,
mañana todo mundo sabrá de lo que hablo.
El santo de la Luna olvida mis plegarias,
a lo mejor cree que no son extraordinarias,
me pide milagros asombros para demostrarle al mundo su poder,
cada vez que le pido algo me enojo de que olvida responder.
No me niegues tu luz, no me olvides esta noche,
no creas que no puedo hacerte ningún reproche,
santo que todo lo puedes y que nada haces,
no me merezco que tu me rechaces,
oye mi plegaria y por un día cumple lo que te pido,
así por una vez mi vida tendría sentido.

Y si alguna vez me encuentro contigo en la calle,
no me pidas que olvide cada detalle,
oh santo mio, de mente olvidadiza,
que cada plegaria mia haces perdediza,
esta vez te pido una última bondad,
que si no eres santo, me digas la verdad
y que si la cosa es como yo pienso,
me concedas olvidarte esta ocasión,
que en mi mente quede el dulce olor del incienso,
y que no te vuelva a rezar otra oración.