Libérame

Me aferro a tu piel,
compro tu alma,
bebo de tu miel,
pierdo la calma.

Ese efecto tienes en todos,
atrayéndonos al mal,
nos hundes en viejos lodos,
siempre al deseo carnal.

Libérame angel de oscuridad,
préstame un poco de libertad,
no me ates a tu vana crueldad,
se lo pido a tu nula bondad.

Solo escucha un poco,
suelta el ancla al mar,
me he vuelto loco,
pero aun puedo nadar.

Se tensa ante tu poder mi alma,
será mi última petición,
deja que llegue a mi la calma,
escucha mi oración.

La carta

Y me muerdo un labio conteniendo la risa,
me muerdo el alma conteniendo el dolor,
rehuyo tu cara corriendo de prisa,
porque la mia ha perdido el color.

No eres quien creías ser,
no eres un ángel de la guarda,
ahora solo puedes perder,
el infierno te aguarda.

Ahora ya no deseo hablar de ti,
no te conoces si no miras al espejo,
prefiero ver en que me convertí,
evitando a diario mi reflejo.

Conozco bien tu espalda,
es lo único que te conozco bien,
la sangre mi lengua escalda,
aumenta la presión en mi sien.

Ya no queda otro remedio,
seguiré mi camino al extranjero,
quedate abrumada por el tedio,
algún día te enviaré un mensajero.

La carta dira lo que ya sabes,
vivir sin ti era mi mayor reclamo,
he probado del mundo las sales
y no puedo creer que aun te amo.