Estoy pensando seriamente...

En ir esta noche a su casa y llevar una cuerda, ponerla alrededor de su cuello y apretarla hasta que su cabeza ruede por la escalera.

Se que estas cosas puden parecer exageradas, pero no encuentro la manera de deshacerme de ella y lo peor es que ni le conozco.

Pero algún día el mundo me dará la razón y me dirán que esas medidas tomadas en caliente, no fueron solamente necesarias, sino que también justas y lejos de merecerme una estancia en prisión me merezco las llaves simbólicas de la ciudad, por haber librado el mundo de tal amenaza, aunque el único mundo que en este momento este siendo alterado sea el mio, aún así, uno nunca sabe por lo que podré clavarle una estaca en el corazón y rellenarle la cabeza de ajos, cualquier medida será bienvenida.

Y no me digan que estoy loco, por favor, no me lo merezco, ella existe y no en mi mente, es un ente real, que ocupa un lugar en el tiempo y espacio y que si no se muere ella, tal vez me muera yo.